En 2022, un tribunal de Sheffield (Inglaterra) consideró que molestar a alguien por ser calvo puede ser considerado como una forma de acoso. Esta resolución se dio a partir del caso de un hombre llamado Tony Finn, quien recibió insultos y burlas por su falta de pelo de parte de uno de sus supervisores del trabajo y fue despedido tras 24 años. El tribunal determinó que este insulto fue “una transgresión a la dignidad del demandante, ya que creó un ambiente intimidante para él y fue proferido para lograr ese propósito”. Hubo tres miembros del tribunal que fallaron a favor de esta decisión, y se justificaron con su propia experiencia de pérdida de pelo diciendo que era mucho más prevalente en hombres que en mujeres, por lo que podría considerarse como un insulto relativo al género masculino en particular. ¡Al fin alguien piensa en los calvos!
AHORA, POR MOLESTAR A ALGUIEN POR SER CALVO, EN INGLATERRA, SE CONSIDERA ACOSO






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