Una situación insólita vivió una pareja en donde ella era una ojiva nuclear a punto de detonar.
Su marido se ha quedado sordo y esto lo pone muy feliz. No quiere comprarse el aparatito que va detrás de la oreja, ni hacer un tratamiento auditivo. Lo único que quiere es que su mujer no se las rompa y la naturaleza le ha dado una mano gigante, que él agarro hasta el codo. Y ella no puede mas: Ninguno de sus reclamos es escuchado.
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