El detenido, identificado como Takuya Higashimoto, residente de Nagoya, usó un vacío en el sistema de la app Demae-can. Su estrategia consistía en realizar pedidos con entrega sin contacto y luego afirmar que nunca había recibido la comida, lo que le permitía solicitar reembolsos automáticos. De esta forma, comió gratis durante un largo período.
Las autoridades informaron que el fraude superó los 3,7 millones de yenes (unos 24.000 dólares). Para evitar ser detectado, el hombre creó 124 cuentas distintas, muchas con nombres y direcciones falsos, registrándose con tarjetas prepago que luego cancelaba para borrar rastros.
El caso fue descubierto tras una serie de denuncias de repartidores y comercios por devoluciones sospechosas. La compañía Demae-can confirmó que el acusado actuó de manera sistemática y sofisticada, lo que dificultó su identificación.
Durante su interrogatorio, Higashimoto declaró que empezó a probar el método “por curiosidad” y que no pudo detenerse luego de los primeros éxitos. “No podía parar después de ver que funcionaba”, admitió ante la policía.
Tras el arresto, la plataforma anunció la incorporación de un sistema de alertas para detectar comportamientos anómalos y prevenir fraudes similares. El caso reabrió el debate en Japón sobre la seguridad de las aplicaciones de reparto y la necesidad de controles más estrictos frente a usuarios fraudulentos.






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