Durante las últimas décadas del Siglo XX, proliferaron decenas de locales bailables en Tucumán. Los más memorables.
“Te hacen faltas Vitaminas” decía Soda Stereo antes de salir a bailar en los Boliches en la década de los 80 y 90. Seguramente “Las Chicas solo quieren divertirse” y para eso lo hacían en un “Paseo alocado” por las diferente discos de esos tiempos Dorados.
La “Gloria” sería ingresar a Monóxido, ubicado en la calle Mendoza al 800. Un local más bien chico donde la pista de baile se parecía a un piletón. En las puntas había una tribuna y arriba se ubicaban los reservados bien oscuros, donde se cocinaban muchas historias.
“La Última cuenta regresiva”, “Sacrifice” y “The Lady un Red” eran temas fijos que seguramente lo ibas a escuchar en Metástasis, en la 24 de Septiembre al 900. Pero para ingresar debías conseguir las famosas Free Pass los días viernes en la 25 de mayo y Mendoza, donde estaban los tarjeteros.
Con el tiempo, salieron otros boliches como Bull Dog en el pasaje Padilla, Ruta Joven, Casa Pueblo o Kefrén en Yerba Buena, así también como La Barraca en la galería los Troncos. Tafi Viejo supo tener lo suyo como Lancaster.
En la Mate de Luna estaba La City, que era una réplica de la disco que hacía furor en Buenos Aires como New York City. Por problemas legales en Tucumán, la llamaron solo “La City”. Tenía una característica muy particular: estaba llena de TV pequeños donde constantemente pasaban los famosos Vídeos Clips de los temas que sonaban.
Algunos locales también fueron cambiando el nombre como el caso de “Metástasis”, que se transformó en La Fábrica. Otras ofertas que hubo en Barrio Norte fueron en la ex pista de patinaje Winners que se transformó en disco Caramelo. A metros de la plaza Irigoyen estaba Tokio, donde antes funcionó el Cine Edison. Si andabas por la Catamarca al 700, estaba ubicado Overol que era una disco y pub a la vez.
Para finales de la década de los 90, surgieron otros nombres memorables como Tequila.
Si recordás tan solo algunos de estas emblemáticas discos, o si se te piantó algún lagrimón, seguro ha de ser porque viviste en nuestra República de Tucumán.
POR Totó Giardina
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