En la ciudad de Coral Springs, Florida, EE.UU., una mujer llamó reiteradas veces al 911 para pedir auxilio mientras vivía una situación de vida o muerte, pero los empleados del servicio de emergencias estaban mirando Netflix y no se molestaron en reportar el llamado a la policía.
Guadalupe Herrera realizo tres llamados pedidos a emergencias, reportando que dispararon hacia su auto, pero los dos operadores que atendieron catalogaron erróneamente el incidente y la información tardó más de 30 minutos en ser transmitida a un agente de policía.
El primer empleado del 911 en atender la llamada le aseguró que la ayuda se encontraba en camino. Tras 16 minutos sin recibir auxilio, la mujer llamó de nuevo. La llamada fue atendida esa vez por otra operadora, que manifestó estar al tanto de la gravedad de la situación. Cuatro minutos después, Herrera marcó de nuevo al 911 y dijo que buscaría ayuda policial por su cuenta.
Ante esta denuncia, se puso en marcha una investigación interna en la que se determinó que los operadores del 911 registraron el hecho como un «incidente sospechoso», cuando debió haberse catalogado de inmediato como un tiroteo. Los investigadores posteriormente centraron su atención en Julie Vidaud, supervisora de turno en el servicio de emergencias.
«Un empleado del departamento informático descubrió que en el transcurso del incidente, el equipo de trabajo de Vidaud tenía una sesión abierta en Netflix. Un análisis arrojó que la película ‘I Am Mother’ se mantuvo en reproducción por 1 hora y 53 minutos mientras el incidente ocurría», señala el informe policial.
Las autoridades informaron que el primer operador del 911 fue despedido poco después del suceso, y la segunda empleada en atender las llamadas fue amonestata y luego también cesada de su puesto.
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