Un chat de WhatsApp se volvió viral en Twitter y los usuarios despertaron bronca por lo sucedido: un joven a cargo de un emprendimiento tuvo que lidiar con una clienta que intentó regatearle dinero de mala manera en una compra.
Los usuarios de las redes sociales comparten todo tipo de materiales, y Twitter es uno de los espacios más elegidos. En este sentido, un joven que tiene un emprendimiento de pastelería se volvió viral tras difundir un chat.
El internauta “ManuZuluaga11” fue quien difundió el chat con una clienta. “Dale loca, te cobro lo que vos quieras, te pido mil disculpas”, fue el texto que le sumó. Y a la hora de ver la conversación, uno entiende más al respecto lo sucedido.
“Ok, me gusta. ¿Qué precio?”, pregunta la mujer, luego de -aparentemente- consultar por una de las tortas. “Tengo que ver a qué precio está la fruta hoy. Calculo que debe rondar los 6000”, aclaró él.
“Ok, después confirmame. Es para el jueves a la tarde”, insiste ella. “Si, por la fecha no hay drama, 6200 te saldría”, deja en claro él, haciendo referencia al precio. Ella, lejos de aceptarlo, afirmó: “Creo que 6000 estaría bien”.
El joven, sorprendido, preguntó: “¿Cómo?”, a lo que la mujer escribió: “Espero que quede como la del video. Con mucho dulce de leche y crema”. “Perdón, pero no entendí el mensaje”, concluyó el joven.
Para colmo, según mostró en otro chat, el joven a cargo del emprendimiento le dijo que se retiraba por domicilio, a lo que ella preguntó, casi impactada: “¿Hay que buscarla?”.
El tuit se volvió tendencia en la red social del pajarito. En pocas horas, superó el medio millón de reproducciones, al tiempo que dejó más de 270 retuits, casi 100 citados, más de 16 mil “me gusta” y 159 elementos guardados.
Una de las historias que más llama la atención a los internautas de las redes sociales son las que tienen que ver con los pedidos, los cuales traen siempre anécdotas particulares y dan que hablar a los usuarios.
“Hermanos, hoy fui a retirar mi pedido de la farmacia y me vino con una uña”, fue el posteo que la joven hizo. Seguido, se ve la caja abierta, con algunos de los productos, un papel, y por encima de todo, la uña de, aparentemente, una empleada.
Fuente: Crónica
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