La mujer se basa en un esqueleto encontrado en un cementerio vikingo en Noruega y ahora se conserva en el Museo de Historia Cultural de Oslo. Si bien los restos ya habían sido identificados como femeninos, el lugar del entierro no se había considerado como el de un guerrero simplemente porque el ocupante era una mujer.
Pero ahora los científicos británicos han dado vida a la mujer guerrera utilizando tecnología de reconocimiento facial de vanguardia: reconstruyeron la cara de la guerrera que vivió hace más de 1,000 años trabajando anatómicamente a partir de los músculos y las capas de la piel.

Quienes descubrieron sus restos, afirmaron que la mujer estaba enterrada con un montón de armamento mortal que incluía flechas, una espada, una lanza y un hacha. Los investigadores también descubrieron una abolladura en su cabeza, que descansaba sobre un escudo en su tumba, que era consistente con una herida de espada.
La doctora Caroline Erolin, profesora principal de la Universidad de Dundee en el Centro de Anatomía e Identificación Humana que trabajó en la reconstrucción, dijo: “La reconstrucción resultante nunca es 100% precisa, pero es suficiente para generar el reconocimiento de alguien que los conoce bien en la vida real”.
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