Surcando la década de los 80, era inimaginable hablar de la XBox o Play Station pero llegar a Tic Tac Toe era la solución a esos problemas.

En el inicio de esa década surgió en pleno centro de Tucumán uno de los salones de juegos más emblemáticos para niños, padres y adolescentes: Tic Tac Toe. Emplazado en la ochava de San Juan y 25 de mayo, esa gran casona tenía una gran variedad de juegos tanto en su planta baja como en la planta superior.

¿Quién no recordará pasar en la mañana por ahí y encontrar a secundarios esperar que abran el local para hacer unos «Vicios»? Era lógico que se habían escapado del colegio, o mejor dicho y con todas las letras: se habían hecho la Yuta. Ir a Tic Tac Toe era una visita al centro que no podían esquivar hijos que llevaban a sus padres o los propios adolescentes a despuntar un par de «fichitas», ya que estás máquinas de ese momento funcionaban con unas fichas hechas de plomo fundido.
Los más ingeniosos rompían la cañería de sus casas para hacer con el plomo las Fichas Caseras. Algunas funcionaban a la perfección mientras que otras no llegaban a marcar el crédito en el vídeo para que se inicie el mismo.

Tic Tac Toe funcionó en esa esquina hasta setiembre de 1998, luego se trasladó hasta la 25 de mayo casi Santiago: ahí llevó otro tipo de impronta ya que la tecnología había avanzado y los juegos online se imponían de manera vertiginosa con una cartelería más luminosa y otro tipo de identidad.
Una diversión que supimos tener los que habitamos Nuestra República de Tucumán.
Por Totó Giardina
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